Doce días ya en Guatemala y ¡tantas vivencias!
Encuentro por fin una hora libre para compartir nuestra experiencia.
El primer fin de semana lo pasamos en Antigua donde fuimos magníficamente acogidas por Carmen, Heloisa y su familia. Los dos días que pasaos allí nos alcanzaron para disfrutar de sus calles siempre bulliciosas, visitar sus coloridos mercadillos de artesanía y tomar el primer contacto con la "Gallo" en alguna de sus casas coloniales con magníficas vistas de los volcanes que rodean la ciudad.
Encuentro por fin una hora libre para compartir nuestra experiencia.
El primer fin de semana lo pasamos en Antigua donde fuimos magníficamente acogidas por Carmen, Heloisa y su familia. Los dos días que pasaos allí nos alcanzaron para disfrutar de sus calles siempre bulliciosas, visitar sus coloridos mercadillos de artesanía y tomar el primer contacto con la "Gallo" en alguna de sus casas coloniales con magníficas vistas de los volcanes que rodean la ciudad.
El volcán del agua
El lunes 30 emprendimos nuestro viaje a la Guatemala profunda. En San Agustín nos recibieron con los brazos abiertos (banda de música incluida) el padre Victor, Clarita, Don Chus, Paola ... hicieron que nos sintiésemos esperadas y queridas. La parte negativa: el calor sofocante y los mosquitos. Tengo que confesar que la primera noche le comenté a Mª José que me sentía incapaz de aguantar un mes así.. Ahora nos hemos acostumbrado al calor y sufrimos con estoicismo los mosquitos.
El martes 1 comenzamos nuestro trabajo aquí. Con mariposas en el estómago subimos a la aldea de Piedras Blancas donde nos esperaban niños y maestros. Poco a poco fueron llegando las madres de familia para asistir a los talleres que les hemos dado durante tres días y en los que, acompañados por técnicos de salud y soberanía alimentaria, hemos tratado temas como tratamientos de aguas, productos naturales como el vinagre de piña o el jabón de ceniza y limón, de nutrición e higiene, educación de los hijos y relación con la escuela.
Taller de alimentación
A lo largo de las tres mañanas hemos comprobado la calidad humana de esas mujeres que con escasísimos recursos sacan adelante a sus familias con gran dignidad. Nos han dado una lección de inteligencia, alegría, imaginación y voluntad de superación. El detalle más hermoso lo tuvo una madre que, tras haber estado hablando el día anterior de lo perjudicial que es la comida "chatarra" para los niños, anunció en la última reunión que ella tenía una tienda y que puesto que las chucherías no eran buenas para sus hijos tampoco lo serían para los demás y que iba a dejar de venderlas.
Nos despedimos de todas con pena pero con la satisfacción y el agradecimiento de haber podido compartir con ellos momentos tan entrañables.
También empezamos el martes 1 los talleres con los maestros. De 1 a 5 de la tarde hemos trabajado temas como autoestima, inteligencia emocional, resolución de conflictos, relaciones con los padres de familia y actividades para trabajar en el aula los mismos temas que tratamos con la familia: higiene, alimentación, el agua...
Debido a una mala difusión nos encontramos con que el grupo de 40 maestros que esperábamos se vio reducido a 20. El trabajo con ellos ha sido muy interesante, muy dinámico a pesar del sofocante calor que hacía bajo el techo de uralita. es admirable como después de levantarse a las 5 de la mañana, desplazarse a veces a 1 hora de su casa, impartir sus clases en unas condiciones muy difíciles (muchos alumnos, falta de medios, varios cursos en un mismo grupo, instalaciones muy precarias, falta de agua...) , llegan, algunos sin comer, para asistir a la "capacitación" como ellos la llaman.
Entre todos hemos comentado los problemas con los que se enfrentan día a día (con frecuencia reflejo de los problemas de la sociedad guatemalteca), hemos discutido posibles soluciones y nos hemos reafirmado en la idea del valor de su trabajo, de su importancia como maestros para formar a los hombres y mujeres de mañana fuera de la ignorancia, la violencia y el conformismo.
Primer grupo de maestros
El sábado 5 nos marchamos a Comapa. Mereció la pena el viaje de 4 horas y media para encontrarnos con nuestras compañeras Sara y Arantxa. Disfrutamos con ellas de un sábado relajado en la laguna de Ayarza comentando nuestras respectivas experiencias mientras degustábamos unas sabrosas mojarras.
El lunes 7 visitamos a escuela de Almolonga con la que nuestro instituto está hermanado desde hace 6 años. Llegamos con mucha ilusión cargadas de fruta, dos piñatas enormes y, sobre todo, las cartas que los alumnos del IES Las Encinas habían escrito para ellos. Fue muy emocionante visitar clase por clase repartiendo cartas, haciendo fotos,, intentando transmitirles el cariño de nuestro centro. Nos sentimos impresionadas por la sensación de abandono que nos dio la escuela (tejados con goteras, grietas en las paredes, suciedad por todas partes, excrementos de animales alrededor, letrinas inutilizadas por haberse perdido la llave...) Este desconsuelo quedó mitigado por la ilusión y la sonrisa de los niños.
Esta semana volvemos a iniciar el ciclo con una escuela y un grupo de maestros diferentes. Carmen nuestra "super-logista", con sus múltiples reuniones (clorinador, moringa, supervisoras .....). Las tres trabajando con ilusión y motivadas por el interés y el apoyo que encontramos en nuestra parte guatemalteca.
Victoria, Mª José y Carmen